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viernes, 11 de diciembre de 2015

"Tejido adiposo y regeneración cardíaca"

A finales de 1940, Jean Vague sugirió que el patrón de distribución de la grasa corporal condicionaba el riesgo de padecer enfermedades asociadas a la obesidad. La enfermedad cerebrovascular, la dislipemia, la hipertensión arterial, la diabetes mellitus y otras patologías se relacionan con un patrón de distribución mayoritariamente abdominal. Diferentes estudios poblacionales, como el Honolulu Heart Study, han demostrado que existe una correlación débil entre el índice de masa corporal y la presencia de enfermedad coronaria; sin embargo, ésta se relaciona más estrechamente con la obesidad centrípeta. 

En otro orden de cosas, en los últimos años el tejido adiposo, tradicionalmente considerado como un tejido de sostén puramente mecánico y de reserva energética, ha adquirido una visión mucho más dinámica debido a su importante potencial en la llamada medicina regenerativa, gracias a las características reparadoras de las células madre mesenquimatosas extraídas de la grasa. En el campo de las enfermedades cardiovasculares, ha sido en la enfermedad coronaria, y en particular en el infarto agudo de miocardio, donde estas células madre han demostrado seguridad y eficacia, según han constatado diversos ensayos preclínicos y los primeros resultados en estudios clínicos.

Un artículo de revisión sobre este tipo de estudios publicado este año en Revista Española de Cardiología, cuya primera firmante es la Dra. Lina Badimón, actual vicepresidenta de la Sociedad Española de Cardiología y del Centro de Investigación Cardiovascular dependiente del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, ha puesto de relieve el potencial de estas células en la enfermedad coronaria. Tras analizar los ensayos clínicos en fases I y II, concluye que su uso preserva la función miocárdica, mejora significativamente la perfusión cardiaca y reduce el tamaño de las cicatrices consecuentes al tejido miocárdico dañado. 

En los primeros estudios llevados a cabo con modelos animales, se comprobó que las células madre derivadas del tejido adiposo tenían capacidad regenerativa de miocardiocitos, así como de las células vasculares. Así, en un modelo de rata con daño miocárdico inducido al que se le inyectaron células madre en el ventrículo izquierdo, no sólo se detectaron marcadores específicos de células cardiacas, sino que también se comprobó una mejora significativa de la función cardiaca global, así como una mayor densidad capilar en la zona perilesional, en comparación con lo observado en los animales que no recibieron esa terapia celular.

Aunque los resultados de los estudios revisados en este artículo parecen ser muy esperanzadores y corroboran lo constatado en modelos animales, el uso de células madre derivadas del tejido adiposo aún no es una realidad en la práctica clínica diaria. Como señalan los tres autores del estudio, actualmente hay una corriente cada vez mayor de investigadores que creen que probablemente en pocos años se utilizarán esas células madre como terapia electiva para la reparación del daño miocárdico.

Publicado: Dr. Arnulfo V. Mateo Mateo

Fuente: www.sietedias.com

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