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miércoles, 16 de diciembre de 2015

"El leprocomio"

Rodolfo Lugo del Rosario (Domingo), de 93 años, llegó al leprocomio Nuestra Señora de Las Mercedes, de Nigua, San Cristóbal, en el 1963, hace 52 años, y desde entonces vive ahí aislado sin visitas de parientes ni amigos. Su lepra no ha curado y sólo espera la muerte.

Lugo del Rosario, quien ya no recuerda su edad ni muchas otras cosas, dice creer que todos sus familiares murieron, debido a que hace más de doce años que no sabe de ninguno.

Este anciano permanece gran pate del día sentado en su silla de ruedas, acompañado por uno de los dos gatos que viven en el lugar como mascotas del personal y de los pacientes.

La historia de Lugo del Rosario se repite casi de igual manera en los restantes 23 pacientes de esta leprosería, que dirigen Las Hermanas Mercedarias de la Caridad.

Nicolás Comas, de 82 años, uno de diez hermanos, lleva 25 años en el lugar sin poder salir, debido a la lepra que que le ha provocado la amputación de la pierna izquierda y todos los dedos de ambas manos.

”Yo quiero salir, visitar a mis familiares y amistades, pero aquí no me dejan”, se queja el paciente, quien resalta el amor y la dedicación de las monjas y de los empleados.

Otro viejo paciente del leprosorio es Domingo Antonio Puello, de 83 años, nativo de San Antón en la zona colonial, quien lleva 53 años recluido en el lugar, pero con la diferencia de que sus familiares lo visitan y diariamente conversan con él por teléfono.
Domingo es considerado un paciente de clase alta, ya que se desplaza en un pequeño vehículo electrónico que le facilita la movilidad.

El leprocomio

El leprocomio Nuestra Señora de Las Mercedes está ubicado a 28 kilómetros al oeste del Distrito Nacional y consiste en un edificio circular con cinco pabellones, que fue usado como cárcel por el Ejército de los Estados Unidos durante la ocupación militar de 1916-1924.

El lugar está localizado a poca distancia de la zona costera de Nigua, en el sector denominado Puerta Blanca, donde estuvo una de las residencias del tirano Rafael Leonidas Trujillo Molina.

Inició sus actividades en 1922 cuando ocho hermanas mercedarias llegaron a Nigua en momentos en que la leprosería Lazareto o San Lázaro de la Ciudad Colonial, fue clausurado.

En el año 1979, el antiguo leprocomio fue arrasado por el huracán David; por lo que el gobierno de Antonio Guzmán lo trasladó al local que hoy alberga a los enfermos.

El centro de salud cuenta con oficinas administrativas, cocina, comedor, alrededor de 40 dormitorios y una enorme área para distintos cultivos.

El personal lo componen dos médicos, 12 enfermeras, tres porteros, tres cocineras, y cinco jardineros que se encargan de mantener limpia toda el área.

Precariedades

El principal problema del leprocomio de Nigua es que apenas recibe 205 mil pesos mensuales del Gobierno, a través del Ministerio de Hacienda, para cubrir todas las necesidades de los pacientes.

Con esa suma las autoridades del centro de salud deben cubrir las necesidades alimenticias de los 24 pacientes por lo que a cada uno corresponde la suma de 8,546 pesos mensuales; es decir 284 pesos con 72 centavos para cada enfermo por día.

Sor Belkis Adames, subdirectora del leprocomio se pregunta qué se puede hacer con tan bajo presupuesto del que hay que tomar una pate del dinero para la compra del combustible de la planta de emergencia, el gas propano para la cocina, pagar el teléfono y cubrir otros gastos que se agreguen.

Otro inconveniente es la inseguridad del centro de salud cuya verja perimetral de malla ciclónica ha sido derribada en varias ocasiones, y está en el suelo en varios tramos, lo que facilita la entrada de rateros y delincuentes que penetran al lugar a llevarse cualquier cosa de valor.

Los visitantes nocturnos indeseables ya se han apoderado de la bomba de agua y de otras propiedades del leprosario.
Sor Belkis Adames explica que los tres porteros que tiene la leprosería no son suficientes para resguardar las instalaciones, donde ningún policía ha sido asignado para custodiar.

“Tuvimos que dejar de sembrar y de cultivar el huerto, porque todo lo robaban desconocidos”, dijo la joven religiosa nativa de San Juan de la Maguana.

Hoy día cada habitación del lugar es habitada por dos pacientes que disponen dormitorios personales, un baño, sala, comedor y área de estar commún.

Dispone de áreas de esparcimientos donde los enfermos pueden ver la televisión, escuchar música, descansar, jugar barajas y dominó.

Los gastos no son mayores porque la Oficina Mundial de la Salud provee todos los medicamentos de los enfermos.
Sor Belkis Adames señala que el leprocomio Nuestra Señora de Las Mercedes necesita más recursos para atender a los pacientes afectados por la enfermedad, que hoy no tienen parientes que los atiendan.

UN APUNTE

Qué causa la enfermedad

La lepra es una enfermedad que afecta a la humanidad desde hace más de 4,000 años, y que es considerada la primera gran epidemia de la raza humana. Es altamente infecciosa y la produce el microbacterium leprae o bacilo de Hansen, descubierto en 1874 por el médico noruego Gerhard Armauer Hansen.

Esta enfermedad era tan estigmatizada que en la Edad Media los enfermos que la padecían debían llevar dos tablillas para hacerlas sonar y avisar a la gente de su paso para que se apartaran.

La Organización Mundial de la Salud (OPS) estimaba en 1995, que entre dos y tres millones de personas padecían esta enfermedad en todo el mundo.

EL DATO

1916
Fundación del leprocomio, época en la cual la edificación fue usada como cárcel por los norteamericanos.

1922
Utilización de la actual edificación del leprocomio como un hospital siquiátrico.

1979
Destrucción del antiguo leprocomio por el huracán David y la tormenta Federico

Publicado: Dr. Arnulfo V. Mateo Mateo

Fuente: www.elnacional.com.do

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