RESUMEN
La comorbilidad entre el cáncer y los trastornos psiquiátricos es frecuente. Entre estos trastornos se incluye la depresión, con una prevalencia máxima del 58% entre los pacientes derivados para atención psiquiátrica. No obstante, esta prevalencia es variable y se encuentra influenciada por factores clínicos y metodológicos. La aparición de depresión puede obedecer a una respuesta psicológica esperable ante el diagnóstico de cáncer o al estado clínico general y el tratamiento oncológico. En caso de depresión, la elección del tratamiento farmacológico dependerá de la naturaleza de los síntomas, de la comorbilidad con otros trastornos médicos y de la eficacia y el perfil de tolerabilidad de los antidepresivos disponibles.
La mirtazapina es un antidepresivo con elevado índice terapéutico y perfil de seguridad adecuado en caso de embarazo y lactancia. Según lo informado, la droga puede combinarse con otros antidepresivos y antipsicóticos. En comparación con los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), el perfil de efectos adversos sexuales de la mirtazapina es más tolerable. Luego de la administración de este agente en pacientes depresivos se observa disminución del nivel de cortisol y adrenocorticotrofina, que se debería al bloqueo de los receptores serotoninérgicos 5-HT2 e histaminérgicos H1.
La droga tiene efecto ansiolítico y antiemético. Además, el bloqueo H1 se asocia con aumento del apetito. Otros efectos derivados del perfil de unión a receptores de la mirtazapina son la mejoría del sueño y la disminución del dolor. Estos efectos resultan beneficiosos en pacientes con cáncer, especialmente ante la administración de quimioterapia o radioterapia.
El presente estudio se llevó a cabo con el objetivo de evaluar la eficacia, tolerabilidad y seguridad de la administración de mirtazapina en pacientes con cáncer que presentan depresión.
Publicado: Dr. Arnulfo V. Mateo Mateo
Fuente: www.bago.com
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