SANTO DOMINGO.- Si los médicos le recomiendan practicarse una colecistectomía laparoscópica, no se asuste: No se trata de un procedimiento peligroso ni futurista. Es, simplemente, una cirugía de ahora, con resultados suficientemente comprobados.
La colecistectomía laparoscópica es la extirpación de la vesícula biliar utilizando instrumentos especiales (incluyendo una cámara de video) que permiten realizar la intervención mediante incisiones muy pequeñas, sin abrir el abdomen.
La realización de incisiones muy pequeñas no solo tiene ventajas estéticas, sino que además reduce las infecciones postoperatorias y disminuye el dolor postoperatorio. Como consecuencia de ello, es menor la permanencia en el centro médico y el tiempo de reposo post quirúrgico. También se reduce el riesgo de hernias en las incisiones al ser éstas más pequeñas.
Los cirujanos Abel Ricardo González Canalda y José Abel González Frómeta han dado explicaciones de esta operación, que practican en el Centro de Medicina Avanzada Abel González, de la avenida Abraham Lincoln y en la Clínica Abel González, de la avenida Independencia..
¿Qué es la vesícula?
González Canalda observa que “el hígado produce una sustancia llamada bilis que se excreta al intestino para favorecer la digestión de las grasas. La vesícula es un órgano en forma de bolsa en la que se guarda la bilis para liberarla al intestino tras una comida. Está situada en el lado derecho del abdomen, pegada a la cara inferior del hígado y se comunica con el conducto biliar mediante otro tubito, el cístico
González Frómeta explica que “la colelitiasis es la principal causa de colecistectomía. La colelitiasis es la aparición de piedras o cálculos en la vesícula, que pueden provocar dolor (cólicos biliares), inflamación de la vesícula (colecistitis), obstrucción de los conductos de la bilis (ictericia), su infección (colangitis) o inflamación del páncreas (pancreatitis). La aparición de pólipos en la vesícula también en una causa de colecistectomía”.
Cómo se realiza ?
González Canalda precisa que “la intervención se realiza con anestesia general y suele durar entre 15 minutos y 1 hora. Se introducirá un delgado instrumento llamado trócar parecido a un tubo en el abdomen en el área del ombligo. Se introducirá un laparoscopio, una diminuta cámara de video, a través del trócar. Esto permite al cirujano ver una versión ampliada de sus órganos en una pantalla de televisión.
A través de pequeñas incisiones o cortes en el abdomen se introducen otros instrumentos delgados para permitir al cirujano separar con mucho cuidado la vesícula biliar de lo que la sujeta y luego retirarla a través de una de las aberturas. Lo habitual es que los pacientes pasen a la habitación tras la intervención, pudiendo recibir el alta al día siguiente”.
Publicado: Dr. Arnulfo V. Mateo Mateo
Fuente: www.almomento.net
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