Consiste en una reacción exagerada de las glándulas sudoríparas que repercute en la vida social del paciente por sentirse expuesto. Puede tratarse quirúrgicamente.
Estar en medio de una reunión social y empezar a transpirar sin poder disimularlo o terminar con la camisa manchada en la zona de las axilas no es una situación cómoda para nadie. Es justamente lo que padece entre el 1 y el 3 por ciento de la población que tiene lo que se denomina “hiperhidrosis”. Tan incómodo es que termina por afectar su vida social y laboral al punto de caer en una depresión.
Por tal motivo, se la conoce como “la enfermedad de la vergüenza”. Se trata de una sudoración excesiva provocada por un trastorno del sistema nervioso autonómico. Sin embargo, se desconocen a ciencia cierta las verdaderas causas por lo que por ahora sólo se reconocen algunos factores predisponentes como el mencionado. Se estima además que 40 por ciento de los afectados tiene un familiar con la misma problemática.
Una vez que se manifestó, una situación de estrés puede ser el desencadenante y según los especialistas puede presentarse incluso en reposo y sin un estresor externo, es decir sin causa aparente.
Generalmente, se concentra en una parte del cuerpo que suelen ser las palmas de las manos, las axilas, los pies o la cara, que es donde hay mayor cantidad de glándulas sudoríparas. Esto se replica en ambos lados del cuerpo.
Puede aparecer ocasionalmente, quizás algunas veces por semana y en algunos pacientes diariamente, y se presenta generalmente durante el día. Sus primeras manifestaciones suelen aparecer en la adolescencia en torno a los 12 ó 13 años.
El psicólogo Walter Motilla explicó que en muchas ocasiones está asociado al estrés, aunque puede deberse a un desbalance endócrino. De todas formas, es necesario un abordaje interdisciplinario y sobretodo acompañamiento psicológico.
Es que la vida social y laboral de estas personas termina resultando afectada. Al verse expuestos frente al resto, en particular quienes lo presentan en las palmas o las axilas prefieren evitar situaciones sociales por temor a que suceda nuevamente. Y cuando están con otras personas, la ansiedad que les genera exacerba el síntoma lo que funciona como un verdadero círculo vicioso. Comienzan a cambiar conductas como la manera de vestirse: no se abrigan y evitan ropa ajustada o prefieren no saludar con la mano.
En lo laboral, también se ven perjudicados en la manipulación de objetos y papeles.
“Este exceso de exposición de un síntoma tan notorio puede generar inseguridad y tendencia a deprimirse”, explicó Motilla. Esto puede desencadenar depresión “por el desajuste social que genera, como que se sienten fuera de las pautas porque estar limpio es uno de los precios que pagamos para ser socialmente aceptados”.
Opción quirúrgica
El doctor Jorge Mut, cirujano de tórax, se dedica a atender este tipo de casos. Reconoció que generalmente los pacientes deambulan de médico en médico: “Del dermatólogo, al clínico, de éste al endocrinólogo, porque esto recién se está empezando a difundir, se comenzó a desarrollar en los ‘90 y muchos especialistas no conocen sobre el tema”.
En un documento de su autoría detalla que existe una gama de tratamientos para el manejo de estos pacientes. Estas opciones incluyen la corrección del estado endocrinológico (si éste fuera la causa) ; tratamientos tópicos locales en base a aluminio, ansiolíticos, anticolinérgicos, toxina botulínica o cirugía.
Respecto de esta última, dijo que se aplica en algunos pacientes para los que está específicamente indicada. Se llama simpatectomía torácica, a través de la cual se realiza una sección de la cadena simpática que va del cuello al abdomen. “Es una intervención relativamente simple que requiere un equipo entrenado” y que permite controlar casi totalmente la sudoración.
En tanto, el psicólogo dijo que desde su especialidad se trata de manera similar al estrés o los trastornos de ansiedad: a través de ejercicios de autocontrol y relajación, exposición gradual e ir tratando de controlar los síntomas.
Publicado: Dr. Arnulfo V. Mateo Mateo
Fuente: www.losandes.com
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