Un buen especialista logra manejar muy bien a la persona y a la enfermedad. Cada persona trae una carga de afectos y de experiencias previas que deben ser consideradas al realizar una evaluación de un paciente”, sostiene el doctor Fernando Aguirre, presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Cardiología.
La pérdida de un ser querido u otra situación de gran impacto emocional pueden generar complicaciones como el insomnio, por citar un ejemplo, que puede elevar la presión arterial, “pero eso no significa que sea una presión alta inicial, sino más bien una consecuencia temporal”. Lograr interpretar factores como estos es lo que determina un buen diagnóstico y, por ende, un buen tratamiento.
Una cifra marcada en una pantalla con la toma de presión al llegar a la consulta del médico debe ser analizada con detenimiento y no etiquetar de inmediato al paciente que en esa primera vez marca sobre 130 /90 como hipertenso.
Dentro de este tema también entra un aspecto que aunque no es nada nuevo, para muchos no es conocido. Es lo que se conoce como Síndrome de Bata Blanca y se refiere a los efectos estresantes que puede causar el someterse a un che
queo médico (la bata blan
ca se refiere al mandil que
usan los profesionales de
la salud).
Este tema se vie
ne estudiando desde hace aproximadamente 30 años.
En 1983, la revista especiali
zada Lancet publicó un estudio sobre “Los Efectos causados por los médicos en la medición de presión arterial y en la frecuencia cardíaca de los pacientes”.
Pero, ¿cómo podría entonces determinarse el estado real de la presión de un paciente sin la influencia del estrés que le causa el entorno médico?
La solución viene a través de un pequeño dispositivo externo que se coloca a los pacientes y que permite registrar cada cierto período de tiempo (media hora o una hora) cómo está la frecuencia cardíaca y la presión arterial del paciente mientras la persona desarrolla sus actividades normales durante 24 horas.
Esta forma de registro se conoce como Holter de ritmo cardíaco y MAPA (por las siglas de Monitorización Ambulatoria de Presión Arterial). Sin embargo, hay un punto importante que destaca el doctor Aguirre. “Se ha detectado que cuando una persona de menos de 60 años presenta el Síndrome de Bata Blanca es un reflejo tensional emocional, pero cuando aparece sobre los 60 años y está acompañado de factores de riesgo cardiovascular como colesterol elevado, obesidad, sedentarismo, entre otros, toma un valor nuevo”, señala el especialista.
Añade que al analizar siete estudios realizados en más de 200 mil decidió profundizar la
investigación y se
llegó a la conclusión de que las personas con factores de riesgo pero que no presentaban Síndrome de Bata Blanca tenían menos complicaciones.
Disciplina indispensable
Además de los factores emocionales, el doctor Aguirre menciona que hasta el grado de instrucción que tiene un paciente parece incidir en aspectos importantes del tratamiento como es la adherencia a la medicación, es decir, qué tan estrictamente cumplirá con la toma de los fármacos recetados.
Según un estudio que está a punto de publicarse, liderado por el especialista revisando los casos de alrededor de 400 pacientes, se ha detectado que las personas con menor adherencia al tratamiento son aquellas con menor nivel intelectual y de instrucción. En la medida en que se logre mayor adherencia de la población a los tratamientos se salvarán más vidas.
Dr. Arnulfo Mateo Hijo
Médico Internista y Psiquiatra
Centro Medico Anacaona, CMA
San Juan de la Maguana, SJM Rep. Dom.
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Fuente: www.muyinteresante.com
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